La violencia es un círculo. Cuando uno entra a ese círculo se convierte en elemento circulante. Circula por el círculo. Se mueve, y cree que lo hace libremente, porque circula, y circula, y circula, pero no sale del círculo. Cuando uno entra al círculo no deja nunca de moverse, de desplazarse, porque es ese círculo el que te mueve, el que te obliga a moverte. Girás. Girás una y otra vez, porque el círculo no te deja parar. Pero volvés siempre al mismo lugar. Porque aunque quieran hacerte creer que avanzás no hacés más que girar.